Desde la intimidad de mi universo, estudio, indago e intento encontrar respuestas a las preguntas que me surgen en la vida cotidiana.

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La naturaleza es el escondite de acción a través del cual puedo poner en imágenes aquello que en palabras no logra estar del todo dicho. La vegetación, los suelos, montañas y espacios paisajísticos encarnan metáforas sobre las inquietudes que sostengo a través del tiempo y me interpelan casi de forma permanente: habitar el paisaje, ser y estar, trascender momentos, aprender y transformar vivencias. De forma incansable y hasta a veces inagotable, me sumerjo en mundos que me abrigan y van construyendo mi persona. Multiplicando soportes y abriendo caminos, la brújula parece estar siempre orientada hacia el punto clave: mi identidad.

 

Ir a fondo sobre nuestra propia naturaleza es una manera de cobijar el recuerdo y sembrar nuestro camino, nutriéndolo de experiencias para que la vida no pase tan desapercibida.

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